La más bella historia del mundo

La más bella historia del mundo
Dominique Simonnet

Hace poco me topé con un libro maravilloso en una clase llamado “La más bella historia del mundo”,  al principio pensé: “Es otro libro sobre historia del hombre, qué aburrido”;no podía estar más equivocada.

 Me encontré ante la poesía de la evolución, ante la belleza del universo ante lo sublime de algo que se lo reservamos a los científicos. Si bien el tema es muy complejo, la manera en que Dominique Simonnet nos relata su pasión nos hace creer que en lugar de leer sobre ciencia se estuviera leyendo “La más bella historia del mundo”. 

A continuación les escribiré sobre las ideas más importantes del prólogo (pues desde este nos sumergimos en la magia del universo) sabiendo que mi escrito no se compara a la poesía de Dominique Simonnet.

1.-Nosotros cuando éramos niños solíamos preguntarnos como nacimos, al crecer la pregunta cambia pero la duda sigue siendo la misma, cuál es nuestro origen, por qué estoy aquí y cómo seré en el futuro. Dichas preguntas no son únicas para un solo individuo, sino que han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad.

2.- Existen dos modos de explicar el origen del mundo y de la vida, en primer lugar desde la perspectiva de la religión la cual limitó por muchos años los conocimientos que tenemos de nuestro entorno y la segunda es la ciencia la cual ha dado muchas pistas para reconstruir nuestra historia.

3.-Desde el BigBang hasta nuestras fechas ha existido una evolución constante  desde los primeros planetas hasta nuestros días; del mismo modo en el que los dominós caen uno tras otro con un simple impulso, una  serie de eventos (al azar o causados por una fuerza mayor)  desencadenaron los cambios pertinentes que permitieron la evolución.

4.- De los elementos más sencillos se han generado los organismos con una estructura más compleja; sin embargo tienen en común  los elementos que le dieron origen.

5.-Para la reconstrucción de esta historia no sólo se necesita del ingenio, de la pasión y la perseverancia, también es necesario aprovechar las maravillas de la tecnología y de los nuevos conocimientos sobre el tema (gran arma que el hombre crea para descifrar el lenguaje del universo y arrancarle la verdad sobre su existencia).

6.-Si bien no es posible saber con certeza lo ocurrido en el día del origen, existen teorías que sitúan este acontecimiento hace 15 mil millones de años, en el cual tras la explosión los diferentes elementos  se fueron expandiendo y enfriando para ir desarrollando las características actuales del universo.

7.- Hace 4 mil quinientos millones de años las condiciones en nuestro planeta se presentaron para dar origen al primer organismo con vida del cual tienen su  origen todas las especies que conocemos incluyendo el ser humano.

8.-En el transcurso de la evolución hubo un momento en el que un animal como los demás tuvo la osadía de ir más allá de lo establecido al desarrollar el intelecto, con lo cual se inició el camino hacia lo que hoy somos.

9.-Si bien al principio la evolución sólo estaba presente en las cuestiones orgánicas de los seres vivos (físico, químico, biológico) ahora también la encontramos en el intelecto de los seres humanos, por lo que se debe considerar la evolución cultural no como individuo sino como especie.

10.-La evolución no fue un camino recto hasta el día de hoy, sino que ha estado lleno de tropiezos y de caminos equívocos y esto continuará en el futuro.

Bien, espero que estos fragmentos les inciten a buscar el libro y empaparse de él, pues les aseguro que manera más bella de ver nuestro mundo no encontraremos.

Ya para terminar, les  comparto un fragmento que en lo personal me gustó, no sólo por la belleza de las palabras, sino también por la manera de decirnos lo pequeños que somos ante la magnificencia del mundo y la manera en que estamos unidos a nuestro planeta.

“Descendemos de los monos y de las bacterias, pero también de los astros y de las galaxias. Los elementos que componen nuestro cuerpo son los que antaño fundaron el universo. Somos, verdaderamente, hijos de las estrellas.” Dominique Simonnet