Los hermanos Eloy y Javier Delgado nunca se imaginaron lo
que encontraría en un día normal de trabajo. Las cuevas de Naica es una mina de
explotación que está ubicada en un lugar del mismo nombre en Chihuahua, México; y si bien de ella se puede extraer plomo y plata
lo que más llama la atención son los enormes cristales de selenita que cruzaban
la cámara, los cuales alcanzaban los 15m de largo y hasta
2m de espesor.
Si bien la belleza de este sitio exige recorrerla hasta el
más mínimo detalle, esto no es posible puesto que las altas temperaturas y la
humedad solo permiten el acceso al
público en la Cueva de los Cristales. Este problema no solo afecta a los visitantes sino también a los investigadores
que se ven imposibilitados por esta cuestión.
Estas cuevas se descubrieron accidentalmente, debido a que
para explorar la mina se debía vaciar el agua caliente la cual al drenarse dejo
al descubierto este tesoro de la naturaleza: Enormes cristales de selenita
(piedra de la luna).
Este paisaje resulta bastante sorprendente, no sólo por la
sensación de pequeñez ante semejantes cristales, sino también al contraste
producido por la limpia y brillante apariencia de hielo de los cristales que se
contrapone a las elevadas temperaturas y humedad que se respira bajo tierra.
Ese sentido de formar parte de la tierra, de ser un elemento
importante más no imprescindible del engranaje del universo es lo que se puede
percibir en este recinto, que solo nos
hace pensar en la maestría de la naturaleza y en el recelo con el
que conserva estos misterios.
A 300m de profundidad
se encuentran los cristales de mayor tamaño conocidos hasta ahora, los cuales
se pudieron estudiar, de manera limitada, con unos trajes especiales que
evitaban que la persona se desmaye a los
10 minutos de entrar pues las
condiciones son extremas. Sin embargo, se ha considerado restablecer las
condiciones naturales del sitio para que
la formación de cristales no se vea truncada y que en el futuro existan las
herramientas para estudiar las cuevas.
Cabe destacar que la importancia de los cristales no sólo
radica en su tamaño, también son muy importantes porque dentro de sí guardan
organismos que existieron en su época de formación los cuales ayudarán a
comparar con los conocimientos existentes.
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