Cuando pensamos en Roma aparecen por nuestra mente aquellas
imágenes de películas como gladiador, pensamos en el coliseo y en esos peculiares trajes que llevaban.
Pensamos en el vasto imperio que intentó dominar el mundo, sin embargo Roma atravesó
por tres períodos en su larga historia: la monarquía, la república y el
imperio.
Pero ¿dónde comenzó todo? De acuerdo a una leyenda una que
el poder de la ciudad ue tomado por un hombre que para evitar que los herederos
por naturaleza lo reclamaran condenó a
la hija a ser sacerdotisa para que no tuviera hijos. Lo que no esperaba es que
ella tendría el hijo del Dios Ares quien los protegió incluso cuando su madre
los dejó en el río para que no los descubrieran (si esto debe resultar conocido). Los pequeños fueron criados por una loba hasta que los rescataron y educaron, y cuando al crecer recuperaron su trono comenzaron a
planear donde sería la capital de la ciudad con lo cual la ciudad se dividió en lo gobernado por
Rómulo y Remo. Pero por una disputa Rómulo dio muerte a su hermano, con lo que
se convirtió en primer y único rey.
Con lo anterior nos dimos cuenta que el poder fue motivo de
envidias y derramamientos de sangre desde el origen y hasta la caída, pero esto
no sólo influyó en la política sino también en el arte, que fue muy variado ya
que asimiló las aportaciones culturales de los diversos pueblos a los que
conquistó.
En lo que se refiere a la pintura es prácticamente
desconocida porque practicaban la técnica del fresco (murales); sin embargo
existe un caso particular, el de Pompeya.
La ciudad de Pompeya fue arrasada por la temible erupción de
un volcán con lo que congeló en un gesto de agonía a la ciudad. Pese a lo
terrible de la situación fue benéfico para las pinturas que se conservaron en
el sitio en un homenaje fúnebre a la ciudad consumida en las llamas.
Cuando niños jugábamos los primeros videojuegos que
existieron en el que los pixeles eran muy notables, si pensamos en ello podremos darnos una idea de los
mosaicos, los cuales eran similares a la pintura y están en mejores condiciones
que las pinturas propiamente dichas.
Su arquitectura fue monumental e innovadora ya que eran
excelentes ingenieros ya que hicieron uso de los materiales que su vasto
imperio ofrecía, emplearon elementos sustentables diferentes a los que se venían usando con
anterioridad siendo el arco de medio
punto semicircular el que se lleva la corona, finalmente los elementos de
cubierta fueron variados pero los principales eran derivados del arco: la
cúpula y la bóveda de cañón.
Si bien existieron muchos edificios, destacan:
Panteón de Agripa
Sus dimensiones fueron una innovación para la época que
asombró y sigue asombrando por sus dimensiones y la calidad de la edificación.
Anfiteatro
Los edificios lúdicos fueron de gran importancia en Roma, es por eso que surge la
frase “Al pueblo pan y vino” haciendo referencia de que al pueblo se le
debía entretener para que se olvide de los estragios realizados por sus
gobernantes.
De estos destacan los anfiteatros que resultaban de la combinación
de dos teatro (no olvidemos que el teatro griego era semicircular). Sin duda
alguna el más representativo es el anfiteatro de Flavio o mejor conocido como
El Coliseo Romano. En él de desarrollaban
crueles enfrentamientos entre bestias, hombres para saciar la sed de sangre
de los espectadores, así mismo se realizaban enfrentamientos navales al hacer
gala de sus conocimientos ingenieriles e inundar el recinto.
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Anfiteatro de Flavio o Coliseo Romano |
Circo Romano
El circo romano fue otro sitio para la “sana diversión” de
los romanos. En él se desarrollaban carreras donde solo uno saldría con vida y
donde el espacio a recorrer era inmenso.
En cuanto a la escultura destaca la retratistica imperial,
es decir, los retratos de los emperadores que se realizaron en mármol, del cual
existen tres tipos:
Togata que como su nombre indica se distingue por la toda de
patricio.
Apoteosica donde el emperador deja de ser humano para convertirse
en un Dios.
En su etapa final, el imperio romano se dividió en dos el
occidental y el oriental. Mientras el occidental caía el oriental ascendía a un
momento de gloria: Roma eclipsaba a la par que Bizancio florecía, pero eso es
otra historia.
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