martes, 8 de abril de 2014

CATEDRAL DE LEÓN

Símbolo máximo de desmaterialización, edificio que se desnuda del macizo para dejarse cubrir por los vitrales coloreados. Fue iniciada en el siglo XIII  y está dedicada a Santa María de Regla, cabe mencionar que se encuentra en pleno Camino de Santiago.

Este bello edificio inspiró al papa Juan XXIII cuando era un seminarista a decir: En la catedral de León hay más vitral que piedra, más luz que vitral y más fe que luz. Esa fe que desborda del mismo modo que la luz cae a través de esos muros tan frágiles pero que sostienen toda una fe.

Algo interesante es que se descubrió que la catedral se erigió sobre algunas antiguas termas romanas, sin embargo eso no es lo único que se oculta bajo los cimientos de la catedral, también se esconden los restos de  otras catedrales de estilos diferentes que precedieron a la gótica.

Si bien la catedral la podemos considerar como los cimientos donde se construye una fe envuelta en el ambiente impregnado de misticismo, lo cierto es que existieron múltiples problemas estructurales derivados de la inestabilidad del suelo así como de los malos materiales empleados en su construcción.

Sin embargo, lo más importante y que  mantiene a esta catedral en su tan merecida posición son los bellos  vitrales cuya importancia sólo se compara con los de Chartres,  símbolo de la habilidad medieval y cuya existencia no se compara a nada creado por los hombres.


Algo que realmente me maravilla es la capacidad de construir  un edificio sobre  los restos de otro, el renacer de las cenizas cual Fénix. La existencia de una catedral cuya existencia está llena de paradojas: la solidez sustentada por la fragilidad; la oscuridad que cobija y da paso a la luz. Un entorno mágico que hace imposible negar la existencia de un dios que provea tanta paz y belleza en la tierra.








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